Todos nos encontramos en el camino a personas que, sin saberlo, comienzan a caminar a tu lado en este espeso bosque en el que se convierte la vida. Este poemario se queda también en las manos de mi querida Mercedes para seguir rimando este tiempo, a veces de incertidumbres, otras de añoranzas pero, especialmente, de compañía incondicional. Gracias mi querida Merce....
Miro las nubes nodrizas
que llevan algodones de tiempo
meciendo este arcaico día
hasta el crepúsculo incierto...
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