En esta pequeña travesía La Rima de tus Huellas llega hasta Vigo. Y allí recoge este poemario mi amigo Lois. Periodista y compañero de fatigas en este deambular entre lo que ocurre y la esperanza de mundos mejores.
Bien sabe que las huellas nunca saben de azar. Riman con problemas para solucionar y con la libertad para comprobarla. Pero, especialmente, de esos sueños que siempre conocen nuestro andar.
Gracias, querido Lois...
Hay siempre una palabra
que escucha sueños
para jugar con la esperanza...
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