Cada uno de nosotros tiene ese lugar donde regresar. Unas veces para refugiarse de demasiados ruidos externos. Otras, para desandar los recuerdos de lo que fuimos y fueron. En el recorrido al que invita La Rima de tus Huellas, Medeiros intercambia versos con flores y nubes, rimas entre sueños y pérdidas, huellas entre el verano y el invierno. Pero allí, al final, siempre te espera alguna primavera.
Gracias, querida Ana...
En las manitas quedan las flores
como campanillas de tardes al sol
que saben a roce de tierra y calor...
Comentarios
Publicar un comentario