Regresamos por tierras que saben a viajes intensos entre el pasado familiar y la ilusión de asentar nuevas raíces. Las huellas saben de lugares diferentes entre el origen y los destinos: diversos, hambrientos de sueños y siempre en la paz de encontrarte donde quieres estar. Estas rimas llegan a las manos de Rosa, con la calma de saber escuchar las fragancias del tiempo que siempre es nuestro.
Gracias, querida Rosa...
Retengo el ímpetu esbelto
entre abrazos que callan,
olvidando el tiempo
entre espacios de calma...
Comentarios
Publicar un comentario