Entre manos de autora y con el alma entre rimas, se queda otro ejemplar para viajar junto a Don Ferretín Ferretón e o seu cadelo lambón por todos los lugares que Cristina Corral hace mágicos en todas las cuevas que saben a creación y sensibilidad. Ya hace unos años que sumo huellas con alguien como ella, amante de tantas cosas que se hace imposible no coquetear con esta vida a pesar de todo.
Mil cariños, querida Cristina...
É a lingua eterna
sen ensino de letras
e xeitiño para falar soños
que sempre enchen dela...
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